Y acontecerá en aquel día, que los montes destilarán mosto, y los collados correrán leche, y todos los ríos de Judá correrán aguas, y brotará una fuente de la casa de Jehová y regará el valle de Sitim.

Los montes destilarán vino nuevo - figurativo de la abundancia de vides, que se cultivaban en terrazas de tierra entre las rocas en las laderas de las colinas de Palestina ( "Los montes", en lugar de niebla o vapor, destilarán lo que alegra el corazón del hombre, vino nuevo ).

Y los montes fluirán leche, es decir, abundarán en rebaños y vacas que darán leche en abundancia, a través de la riqueza de los pastos.

Y todos los ríos de Judá correrán con aguas - el gran desideratum para la fertilidad en el Oriente reseco.

Y brotará una fuente de la casa de Jehová, y regará el valle de Sitim; las bendiciones temporales y espirituales que emanan de la casa de Yahweh en Jerusalén, se extenderán hasta Sitim, en el límite entre Moab e Israel, más allá jordania.

Shittim significa acacias, que crecen solo en regiones áridas: lo que implica que incluso el árido desierto será fertilizado por la bendición de Jerusalén. Entonces ( Ezequiel 47:1 ) describe las aguas que salen del umbral de la casa como fluyendo hacia el Mar Muerto y purificándolo. También en ("Aguas vivas saldrán de Jerusalén; la mitad de ellas hacia el mar primero, y la mitad de ellas hacia el mar trasero: en verano y en invierno será") las aguas corren por un lado hacia el Mediterráneo, por el otro de un lado al Mar Muerto, cerca del cual estaba situada la última Sitim (cf, "Hay un río cuyas corrientes alegrarán la ciudad de Dios". Así que en la Jerusalén celestial final ). El hecho en la naturaleza que sugirió la imagen fue que había una fuente debajo del templo que llevaba la sangre de los sacrificios; y llevándoselo, se mezcló con esa sangre, la imagen de la sangre de Cristo que todo lo expia.

Zacarías añade a la imagen de Joel la idea de la permanencia perenne de la corriente que da vida, "en verano y en invierno será". Ezequiel añade las ideas del aumento gradual de las aguas de vida, su excesiva profundidad, la sanidad de todo lo que podía ser sanado y la desolación permanente dondequiera que las aguas no llegaran (Pusey).

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