Y Sansón estuvo acostado hasta la medianoche, y se levantó a la medianoche, aparentemente los centinelas se habían calmado tan silenciosamente que no se dieron cuenta de su llegada, y tomaron las puertas de la puerta de la ciudad y los dos postes, arrancándolos de sus cimientos, y se fueron. se fue con ellos, con barra y todo, como había sido cerrado en su lugar para evitar su escape, y los puso, las pesadas puertas con los postes, sobre sus hombros, y los llevó a la cima de una colina que está frente a Hebrón, haciendo tranquilamente ese viaje a las montañas hacia el este con la inmensa carga descansando sobre él.

La humillación infligida a los filisteos fue tanto mayor cuanto que las puertas de una ciudad simbolizaban su fuerza cívica y nacional. No se dice aquí que el Espíritu del Señor instó a Sansón a realizar esta acción, pero él siguió su propia idea, haciendo una demostración de su gran fuerza física. Es el comienzo de una grave transgresión que el creyente ponga su confianza en su propia capacidad; porque el orgullo viene antes que la caída.

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