Les dicen a sus madres, torturadas por las punzadas del hambre: ¿Dónde está el maíz y el vino? de comer, cuando se desmayaban como los heridos en las calles de la ciudad, desmayados de debilidad por falta de alimento, cuando su alma se derramaba en el seno de sus madres, exhalando sus vidas acostados en el regazo de sus madres, Este último se ve obligado a mirar con desamparo y desamparo.

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