Tú has llamado como en un día solemne, como para una fiesta preparada para los enemigos, mis terrores alrededor, de todas partes, de modo que Jerusalén fue rodeada de ellos, de modo que en el día de la ira del Señor nadie escapó ni quedó, todos estar involucrado en la ruina común; a los que envolví y crié con el más cariñoso amor de un padre, mi enemigo los consumió. ¡Afortunada la persona que, al experimentar el castigo del Señor, clamó así en verdadero arrepentimiento!

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