Como en un día solemne has llamado mis terrores alrededor, de modo que en el día de la ira del SEÑOR nadie escapó ni quedó; a los que envolví y traje, mi enemigo los consumió.

Ver. 22. Has llamado como en un día solemne a mis terrores, ] es decir, mis terribles enemigos los caldeos, siendo llamados por ti su generalísimo, vinieron tan alegremente como si hubieran venido a una fiesta solemne o alguna reunión alegre, y no a un asedio ya una guerra sangrienta, que no pueden sino saber que es utrinque triste, como la que suelen sufrir ambos bandos.

Los que he envuelto y criado. ] Singula haec verba ponderanda sunt; singula enim ingens habent pathos. Aquí cada palabra es muy pesada y patética; de hecho, todo este libro es así, razón por la cual no hay gran coherencia en algunos lugares del mismo por descubrir. Porque como el que está bajo alguna aflicción grave, sin observar el orden, ahora llora, ahora ora, ahora se lamenta, ahora se queja, etc. así el profeta aquí, en el nombre de la Iglesia, derrama tumultuosamente en un diluvio las palabras que le ministraron su dolor; y el dolor no es un hablante metódico.

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