¿Por qué se queja el viviente? con suspiros y gemidos por sus aflicciones, ¿ un hombre para el castigo de sus pecados? Es decir, para rectificar el mal en el mundo, que cada uno se lamente por sus pecados. Solo mediante la contrición y el arrepentimiento diarios podemos avanzar en la lucha contra los males de este mundo actual. Si nos cansamos de esta batalla de toda la vida, los actos de maldad seguramente se multiplicarán.

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