Y el sacerdote los mecerá con el pan de las primicias como ofrenda mecida delante del Señor, cuyo nombre se deriva del movimiento del cuerpo y de los brazos que acompañaban la presentación al Señor, con los dos corderos; serán santos para el Señor para el sacerdote. Así se enfatizó el carácter de la fiesta, de gozosa gratitud por la bondad y la misericordia de Dios.

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