Porque como estuvo Jonás tres días y tres noches en el vientre de la ballena, así estará el Hijo del Hombre tres días y tres noches en el corazón de la tierra.

Una prole malvada y adúltera los llama. Vio en sus corazones y los juzgó en consecuencia. Sabía cuál era su propósito al pedir un milagro, ya que no eran buscadores serios de la verdad. En un sentido espiritual eran adúlteros, Isaías 23:17 ; eran idólatras, ya que lo rechazaron a Él, el Mesías del mundo.

Se unirían a los paganos en el acto de Su condenación y crucifixión. Una señal, un gran milagro, de hecho, les sería dado a ellos y al mundo: Su resurrección, tipificada en la historia del profeta Jonás. La fe en su resurrección será para esta generación y para todas las generaciones venideras la piedra de toque por la cual los seguidores de Cristo se distinguirán de sus enemigos. Jesús se refiere al tiempo entre Su entierro y resurrección de acuerdo con la manera judía de calcular el tiempo, cualquier parte de un día se cuenta como un día completo.

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