La forma del mensaje de Cristo era familiar para la gente: Desde ese momento Jesús comenzó a predicar ya decir: Arrepiéntanse; porque el reino de los cielos se ha acercado.

Lo había pronunciado Juan el Bautista en su llamamiento urgente para un cambio de opinión. Pero con Jesús tuvo un significado mayor. Necesita predicar el arrepentimiento para preparar el camino para la proclamación de la salvación. Actuó, no como una guía para una salvación lejana y venidera, sino como el heraldo del reino de gracia que ahora se acerca en sí mismo. Su súplica fue por un cambio de lo viejo a lo nuevo, de la profecía y el tipo al cumplimiento.

De esta manera, la estrella del día surgió en Cristo y Su Evangelio, y ahora había comenzado a brillar sobre aquellos que estaban cubiertos de tinieblas, para que pudieran ver esta luz y regocijarse en su misericordiosa iluminación y calidez.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad