Así dice el Señor acerca de los profetas, a saber, los falsos profetas, que se atrevieron a hablar en el nombre del Señor sin ser enviados, que hacen errar a mi pueblo, descarriarlo, que muerde con los dientes y clama: ¡Paz! es decir, quienes, si tienen algo que morder con los dientes, cuando reciben una cantidad suficiente de dinero de soborno, proclaman la paz, profetizando como agrada el corazón de los hombres; y el que no pone en su boca, el que se niega a pagarles soborno, hasta preparan la guerra contra él, declarando solemnemente la guerra como para el honor de Dios.

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