Pero tú, Belén Efrata, la pequeña ciudad de Judá al sur de Jerusalén, siendo tratada con impresionante solemnidad, aunque eres pequeña entre los miles de Judá, entre los distritos del país que contiene mil familias, la ciudad es de poca importancia frente a la la poderosa Jerusalén tan cercana, pero de ti me saldrá a mí el que ha de ser Gobernador en Israel, la elección del Mesías como el verdadero Rey de Israel que sirve al plan de salvación del Señor, cuyas salidas son desde la antigüedad, desde la eternidad.

Así, la voluntad y el propósito del Padre desde la eternidad se manifestaron en la venida del Príncipe de Paz. Y así como Sus salidas fueron desde la eternidad, ya que Él es el Hijo eterno del Padre, así Su generación como hombre es de Belén, porque como un verdadero ser humano se hizo sujeto al tiempo y se permitió, por regla general, ser gobernado. por las limitaciones del espacio también.

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