Y contendí con ellos, reprendiéndolos no como un particular, sino en su calidad de gobernador de la provincia, y los maldije y golpeé a algunos de ellos, y les arranqué el pelo, atacándolos en el cuerpo por su desobediencia a la Ley. , y les hizo jurar, diciendo: no daréis vuestras hijas a sus hijos, y no llevar a sus hijas a sus hijos ni para vosotros mismos.

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