Con él hablaré boca a boca, y no meramente en visiones oscuras, incluso aparentemente, para que Moisés pudiera ver a Dios en alguna manifestación clara, y no en discursos oscuros; y la semejanza, la forma, del Señor verá; ¿Por qué, pues, no temieron hablar contra mi siervo Moisés? El temor reverencial de Dios, cuyo ministro y representante fue Moisés, debería haber impedido que Miriam y Aarón pronunciaran una sola palabra en contra de su autoridad.

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