Por tanto, he aquí, cerraré tu camino con espinas, poniendo obstáculos insuperables para mantener a Israel alejado de las naciones paganas con sus encantos y tentaciones, y haré un muro para que no encuentre sus caminos, es decir, a los templos y altares de los ídolos. El Señor, sin duda, se refiere a la opresión y la aflicción del destierro, que abrió los ojos de los hijos de Israel a la vanidad y la impotencia de los ídolos.

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