Y seguirá a sus amantes, decidida, al principio, a aferrarse a los dioses falsos que había aceptado, pero no los alcanzará; y los buscará, pero no los encontrará, porque se verá reducida a tales apuros que le mostrarán cuán vana era su esperanza en estos ídolos y su ayuda. Entonces dirá: Iré y volveré a mi primer Esposo, habiendo aprendido, por amarga experiencia, que Él es el único Dios verdadero, porque entonces, en el momento en que Israel lo seguía solo, era mejor para mí que ahora.

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