v. 28. En la multitud del pueblo está el honor del rey, sirve para su gloria, para el establecimiento de su nombre, si reina sabia y exitosamente sobre una nación grande; pero la falta de gente es la destrucción del príncipe, donde la gente de un país es poca y está dispersa debido a alguna debilidad en el gobierno del soberano, tal condición provoca la caída del gobernante, su reinado pronto llegará a un final.

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