El justo que se postra ante los impíos, vacila ante la astucia de los impíos, falto de firmeza moral, es como fuente turbulenta y manantial corrupto, de los cuales no se puede obtener agua pura y saludable; porque la transgresión de una persona justa tiene efectos perversos de mayor alcance que la de uno que se sabe que es impío.

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