El Señor les conceda que puedan encontrar descanso, tranquilidad y felicidad segura, un asilo de honor y libertad, cada uno de ustedes en la casa de su esposo, en un segundo matrimonio feliz. Luego los besó, como señal de despedida; y alzaron la voz y lloraron, no queriendo dejar a Noemí, a quien habían aprendido a amar tanto.

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