Obed engendró a Isaí, e Isaí engendró a David. Nota: Hasta el día de hoy, el Señor mide tanto el gozo como el dolor a Sus hijos. Puede enviar aflicción y tribulación durante muchos años, pero a menudo concederá una vejez pacífica. Nuestra confianza en Él nunca debe flaquear, porque Su compasión no falla y Sus misericordiosas promesas no caerán al suelo.

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