Pon sobre él a un impío, un poder de castigo, un verdugo, para arrastrarlo a juicio, y que Satanás, en este caso prácticamente como siervo de Dios al ejecutar el castigo fijado por Él, esté a su diestra, la posición habitual del testigo acusador. La escena de la corte se muestra más detalladamente.

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