Mírame, en lugar de apartar su rostro con ira, y ten misericordia de mí, como acostumbras a hacer con los que aman tu nombre, o, "según el derecho de los que aman tu nombre". Es cierto que El regalo de la gracia de Dios es un regalo de su amor gratuito, pero también es cierto que los creyentes pueden esperarlo de él sobre la base de su misericordiosa promesa.

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