Que tus misericordias, las muchas manifestaciones de gracia que todo creyente experimenta, vengan también a mí, oh Señor, tu salvación, la plena liberación que el Señor ha prometido a sus creyentes, según tu Palabra. El salmista parece tener particularmente en mente casos en los que los fieles son atacados por los incrédulos a causa de su fe, cuando necesitan ayuda para resistir los ataques viles y defender la verdad.

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