El Señor es clemente y lleno de compasión, su misericordia se revela en y por Jesucristo, el Mesías del mundo; lento para la ira y de gran misericordia, su misericordia sirviendo, por así decirlo, como un freno a su ira, evitando que estalle sobre nosotros. Ese es el hecho más maravilloso de la Biblia, que Dios es grande en misericordia, lleno de amor y bondad hacia nosotros en y por Jesucristo, nuestro Salvador. Este mensaje evangélico se resalta aún con más fuerza en la segunda parte del salmo.

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