Entonces, en el gran día de la ira y el juicio, les hablará en su ira, en el calor blanco de su justa ira, y los irritará en su doloroso disgusto, los angustiará, los aterrorizará y los derrotará por completo en la mayor destrucción de todos. Esto dice el Señor para el consuelo de sus hijos, que sufren mucho a causa de la enemistad de los incrédulos. Además de esto, el Señor opone una palabra de majestad a los insignificantes esfuerzos de los enemigos.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad