En ti, oh Señor, pongo mi confianza, refugiado en Jehová, protegido por su omnipotencia; No me dejes nunca avergonzarme, pues tal vergüenza también deshonra a Aquel a quien se confió; Líbrame en Tu justicia, por una manifestación de Su esencia que probaría que Él es el Dios justo.

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