Cuando los impíos broten como la hierba, aparentemente con la mayor buena fortuna, y cuando todos los obradores de iniquidad florezcan, disfrutando de la plenitud de todo lo que este mundo tiene para ofrecer; es que serán destruidos para siempre, su castigo los alcanzará en el mundo venidero, en una eternidad de condenación, si no antes;

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