Y ellos respondieron al Ángel del Señor, ese peculiar Ángel Increado, el Hijo de Dios cuando se reveló a los creyentes del Antiguo Testamento, que estaba entre los mirtos, y dijo: Hemos caminado de un lado a otro por la tierra, y he aquí, toda la tierra está quieta y en reposo, la gran conmoción entre las naciones, de la cual había hablado el profeta Hageo, 2: 7. 8, aún no había comenzado, es decir, aún no había llegado el momento de la aparición del Mesías en la carne, una declaración que naturalmente tuvo un efecto muy deprimente sobre los judíos. Pero el Señor tiene preparada una palabra de consuelo para ellos.

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