Y en ese día haré de Jerusalén una piedra de carga para todo el pueblo, para los que intenten levantarla y quitarla; todos los que se cargan con él serán cortados en pedazos, sufriendo torceduras y dislocaciones, aunque toda la gente de la tierra se junte contra él, todos los poderes del mal se unirán en un esfuerzo por derrocar la ciudad del Señor.

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