la coraza y sus piedras

Éxodo 28:15

El pectoral tenía doce piedras preciosas, en cada una de las cuales estaba grabado el nombre de una tribu: el más pequeño y el más grande, Benjamín y Judá, Simeón que se desvaneció en el desierto, así como Efraín que ocupaba el centro del Tierra prometida. Cualesquiera que sean sus pecados y fracasos, sus castigos y castigos, nada podría sacarlos de ese lugar sagrado. Incluso podrían estar en enemistad entre ellos, pero aún así permanecerían allí en perfecta unidad.

Así es con nosotros. Nuestros nombres están grabados en el corazón de Jesús y siempre presentados ante Dios. Ni la vida ni la muerte pueden separarnos de su amor. No mires tus defectos y fracasos, sino tu posición en Cristo Jesús. Dios no te puede olvidar. Las aguas oscuras pueden fluir sobre tu alma, la voz del acusador puede sonar ronca en tu oído, tu corazón y tu carne pueden fallar, pero eres precioso a los ojos de Dios y brillas en Su luz como un jaspe o un zafiro.

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