Aquí tenemos el registro de algunas de las victorias de David, nuevamente no necesariamente en orden cronológico. Sin embargo, existe una relación muy estrecha entre este relato de ellos y lo que había precedido.

La historia de los éxitos del rey contiene quizás más de lo que parece en la superficie. Por ellos fortaleció su posición y la de su pueblo; pero también reunió tesoros. La casa del Señor todavía estaba en su mente, y aunque sabía que no se le permitiría construir, todavía estaba reuniendo en preparación para la obra de su hijo. El capítulo termina con el relato del nombramiento de ciertos funcionarios del Estado, mediante el cual se aseguró la consolidación interna del reino.

Las funciones de estos oficiales son interesantes. Uno fue designado para dirigir el ejército; otro para ser registrador o historiador nacional; dos eran sacerdotes, con toda probabilidad ejerciendo sus funciones en dos centros; un quinto era escriba o secretario de estado; un sexto se convirtió en el jefe del guardaespaldas especial de David, que al parecer estaba compuesto por extranjeros. Finalmente, los hijos de David fueron hechos sacerdotes, o como dice el AV, "gobernantes principales", sin duda la referencia es a posiciones de autoridad cívica, más que religiosa.

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