Habiendo pronunciado así las declaraciones del juicio de Jehová sobre todas las naciones, el profeta entregó su mensaje especial a Israel en una serie de tres discursos. En cada uno de ellos, la palabra introductoria es "Escucha esta palabra".

El primer discurso consiste en una declaración del veredicto y la sentencia de Jehová. Se abre con un simple anuncio de que los privilegiados serían castigados; sus privilegios fueron nombrados y su castigo descrito.

En vista de la probabilidad de que la gente se opusiera a su mensaje, el profeta, en una interpolación, se defendió. Mediante una serie de siete preguntas ilustró un principio que puede enunciarse así: un efecto prueba una causa. Las ilustraciones se pueden resumir así: la comunión prueba el acuerdo; el rugido del león prueba la presa; el grito del cachorro de león prueba la presa poseída; la caída de un pájaro prueba el cebo; el salto de la trampa prueba que el pájaro está atrapado; la trompeta demuestra alarma; calamidad en la ciudad prueba a Jehová. De este principio dedujo el profeta una aplicación: Jehová ha rugido, por tanto, temed; Jehová ha hablado, por tanto profetiza.

Volviendo al argumento principal, Amos proclamó el castigo de los privilegiados y declaró su razón. La razón fue expuesta a los paganos, quienes fueron invitados a presenciar la justicia de la condenación.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad