Aquí tenemos provisiones para el alivio de los pobres y los menos afortunados a intervalos regulares. El gran ideal se revela en las palabras: "No habrá pobre contigo". Sin embargo, esto sólo fue posible como enseñó Moisés: "Si tan sólo escuchaste con diligencia la voz de Jehová tu Dios ..."

A este respecto, se les encargó que dispusieran la liberación del deudor cada siete años. En toda la vida social vendrán tiempos de adversidad, pero si se observa esta disposición benévola, nunca habrá una pobreza absolutamente desesperada.

Considerando que Moisés había dicho que en el cumplimiento de ciertas condiciones no habría pobres, él siguió con, "Si hay contigo un pobre ..."; y, más tarde, afirmó: "Los pobres no cesarán jamás de la tierra".

Por lo tanto, se debe cuidar de ellos y el hecho de esta disposición de un año de libertad no debe ser una excusa para no brindar ayuda inmediata a quienes la necesitan. Les encargó solemnemente que obedecieran el mandamiento que pedía la consagración de los primeros frutos de las vacas y rebaños al Señor.

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