En vista de las evidencias de la verdad de la afirmación, "vanidad ... todo es vanidad", el predicador ahora se dirige a su efecto en la mente del hombre que vive "bajo el sol". Exalta esta sabiduría mundana, que ya ha inculcado, y luego ejemplifica este método. Defiende esta sabiduría y la ensalza.

En primer lugar, hay que recordar que todas las cosas están en la mano de Dios. Por supuesto, su doctrina de Dios es la que ya se ha tratado en la parte anterior del discurso. El hecho ahora es que, estando estas cosas en la mano de Dios, los hombres no las conocen ni pueden. Lo único cierto es que hay un evento para todos, justos y malvados, limpios e inmundos, el adorador y el hombre que no adora, el bueno y el pecador, el jurador y el hombre que teme un juramento.

Todos estos son realmente malvados, con locura en su corazón en vida, y mueren hacia la muerte. Hay algo de esperanza en la vida y, sin embargo, toda la vida pasa finalmente al fracaso total de la muerte. Por tanto, no le queda otra cosa que entrar en la vida presente, comer y beber, y vestirse, entrar en las experiencias de la vida de la vanidad, porque no hay nada más allá de ella. Todo debe hacerse en el momento presente, y para el momento presente con fuerza, porque no hay nada más allá.

Además, hay muy poca ventaja en las cosas que los hombres consideran ventajosas. Rapidez, fuerza, sabiduría y habilidad, ¿de qué valor tienen en vista del hecho de que así como los peces y los pájaros son atrapados desprevenidos, así en cualquier momento puede llegar el fin de todo? Se concede que la sabiduría bajo el sol tiene mucho valor relativo, pero en las emisiones largas tiene poco valor.

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