La deposición y muerte de Amán surgió naturalmente en la promoción de Mardoqueo. Sin embargo, el peligro para su pueblo aún no se había evitado. Se había difundido la proclamación real de que el día trece del duodécimo mes se exterminaría al pueblo hebreo. Según la constitución, no se podía revocar ninguna proclamación real. Se debe hacer algo más para salvar a la gente. El rey permitió que Mardoqueo escribiera a su pueblo, permitiéndoles armarse y defenderse.

Es una imagen maravillosa de los propios mensajeros del rey corriendo por el país con cartas, instando a la gente a estar preparada contra lo que se había planeado como el fatídico día de su matanza. Fue un acontecimiento tan extraño que los judíos se llenaron de alegría y gozo, mientras que un nuevo temor de ellos cayó sobre los nativos, y muchos de los "pueblos de la tierra se convirtieron en judíos".

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