En estos últimos capítulos del segundo círculo, el profeta tiene una mirada aún más amplia. Ve cómo todo el mundo está bajo el gobierno de Dios. En este capítulo, el profeta declara el hecho en términos generales y describe una desolación mundial determinada por Jehová. Esta determinación se declara primero. Jehová ha hablado la palabra. Después de haber dicho esto, el profeta describe la visitación que siguió a esta determinación.

La tierra misma se ve llorar y desvanecerse, devorada por una maldición, mientras cesa toda alegría. La ciudad está desolada. Mientras el profeta contempla esta terrible escena, parece escuchar una nota de esperanza. En algún lugar se escuchan las voces de los cantantes. La esperanza da paso a la desesperación tan repentinamente como aparece, porque no hay nada ante la visión del profeta salvo el juicio y la desolación. La profecía del juicio mundial termina con la declaración de que será obra de Jehová y dará como resultado Su perfecta victoria.

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