Habiendo tratado así de la prosperidad material y de la realización espiritual, el profeta describe ahora con mayor detalle la realización vocacional. Hablando como en medio de circunstancias incompletas, declara su deseo y confiesa su determinación de no callar ni descansar hasta que el pueblo de Dios cumpla su ideal, de modo que sea vindicado entre las naciones. No hay duda en su corazón, porque declara su convicción de que el pueblo se llamará Hephzibah en lugar de Abandonado, y su tierra Beulah en lugar de Desolada.

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