"Porque en verdad, cuando estuvimos contigo, te dijimos de antemano que íbamos a sufrir aflicción, tal como sucedió, y tú lo sabes".

Pablo refuerza sus declaraciones recordándoles que ellos habían advertido continuamente (imperfectos) a los tesalonicenses que la tribulación era la suerte de los cristianos. Y ahora lo sabían por sí mismos porque había sucedido.

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