"Entonces Daniel respondió con sabiduría (consejo) y prudencia a Arioc, capitán de la guardia del rey, que había salido a matar a los sabios de Babilonia".

Afortunadamente para los sabios, parece que solo se habían enviado fuerzas limitadas para ejecutar la sentencia, compuestas por Arioch, capitán de la propia guardia del rey, y algunos hombres elegidos. Por tanto, el asunto avanzaba lentamente. Y cuando Arioc llegó con sus hombres a donde estaban Daniel y sus compañeros y leyó el decreto, Daniel se acercó a él con sabiduría y prudencia, buscando retrasarlo.

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