Hermanos, la gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu. Amén.'

Termina su carta orando para que la gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con su espíritu. Esto es puntual, porque nunca termina así en ningún otro lugar. Él está enfatizando que es solo para aquellos que son espirituales, porque han recibido la promesa del Espíritu, que él escribe. A los que andan en pos del Espíritu. A los que han recibido el Espíritu y cuyo espíritu ha sido renovado. Y ora para que el favor inmerecido y la actividad del Señor Jesucristo sea activo con ellos en su vida del Espíritu, que Él estará 'con su espíritu'.

'Amén.' Que así sea.

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