"Y Judas y Silas, siendo ellos también profetas, exhortaron a los hermanos con muchas palabras y los confirmaron".

Mientras tanto, también disfrutaron del ministerio de Judas y Silas quienes como profetas los exhortaron y confirmaron en su fe. Hubo un mutuo 'compartir en común' entre las iglesias. Esta es una ilustración más del hecho de que la tarea principal de los profetas no era predecir, sino anunciar. El hecho de que el ministerio de estos dos hombres pudiera ser tan continuamente aceptable enfatizaba la genuina unidad entre las dos iglesias.

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