"Habiendo dicho esto, y tomando pan, dio gracias a Dios en presencia de todos, lo partió y se puso a comer".

Luego dio el ejemplo y, tomando pan, dio gracias deliberada y públicamente en presencia de todos, y partiéndolo, comenzó a comer. Esto en sí mismo fue una especie de profecía puesta en práctica. Declaraba la certeza de que él y ellos sobrevivirían. Incluso en medio de una situación tan extrema, persistieron los hábitos de toda una vida. No podía comer sin recordar a Dios y sin dar gracias. La semejanza con la Cena del Señor es sorprendente. Lo que estaba haciendo simbolizaba a los lectores de Lucas que, por muy severas que fueran las tormentas de la vida, al participar de Cristo los hombres podían librarse de ellas y salvarse.

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