Hechos 3:9-10

'Y todo el pueblo lo vio caminar y alabar a Dios, y le reconocieron que era él quien se sentaba a pedir limosna a la Puerta Hermosa del templo; y se llenaron de asombro y asombro por lo que le había sucedido '.

Cuando la gente lo vio, se llenó de 'asombro y asombro' por lo que le había sucedido, porque reconocieron quién era. Lo reconocieron como el hombre cojo que durante tanto tiempo había pedido limosna en una de las puertas del Templo. Y ahora aquí estaba caminando y alabando a Dios dentro del Templo. El que había estado afuera ahora estaba adentro.

Note la implicación detrás de estas palabras. El hombre y la puerta Hermosa estaban unidos. Sin embargo, se había sentado allí, todo lo contrario de lo que representaba la puerta Hermosa. Pero ahora ya no estaba atado a la puerta Hermosa. Estaba libre. Tenía vida.

'Toda la gente.' Los representantes de todo Israel estaban recibiendo el testimonio de Dios y todos estaban asombrados. Pero la pregunta era, ¿verían que ellos también eran cojos y necesitaban ser sanados? ¿Verían que aquí había evidencia de que había llegado la nueva era?

Y lo conocieron. Compárese con Hechos 4:13 . Aquí las multitudes se dieron cuenta de que este hombre era el cojo. En Hechos 4:13 la corte conocería a los apóstoles de que habían estado con Jesús porque el cojo estaba allí, sanado.