Capítulo 4. Un lamento por la destrucción de Jerusalén.

Este lamento es digno de mención por su énfasis en el hecho de que la destrucción de Jerusalén se debió a los pecados del pueblo. Llama la atención sobre la forma en que han sufrido todas las clases. Y termina con la indicación del juicio sobre Edom, quien se había aprovechado de la invasión para ocupar partes del sur de Judá.

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