“Y pondrá el incienso en el fuego delante de Jehová, y la nube del incienso cubrirá el propiciatorio que está sobre el testimonio, para que no muera”.

Y allí debe quemar el incienso sobre las brasas de fuego para que la nube del incienso cubra el propiciatorio que está sobre las tablas de la ley, ocultándolo de su mirada. La implicación es que, de lo contrario, moriría. Luego se deja el incensario en el Lugar Santísimo para que continúe produciendo la nube.

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