Y pondrá el incienso. - El sumo sacerdote arrojó ahora el incienso sobre las brasas en el incensario, en el Lugar Santísimo, y permaneció allí hasta que todo el lugar se llenó de una nube de humo, teniendo especial cuidado de que el propiciatorio y los querubines fueran envueltos en la nube. Después de lo cual salió del Lugar Santísimo, caminando hacia atrás, con el rostro hacia el lugar santo y la espalda hacia el Templo.

Al salir del segundo velo y llegar al Lugar Santo, pronunció la siguiente oración: - “Te plazca, Señor, Dios mío, que si este año está destinado a ser de sequía, sea uno de lluvia. No muera el que gobierna la casa de Judá. Que tu pueblo no tenga necesidad, para que uno mendigue pan a otro o a extraños; y no dejes que las oraciones de los viajeros lleguen ante ti ”[porque oran para que no llueva].

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