Y yo les digo: "Pidan, y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá".

Deben ser como el amo de casa persistente. Deben preguntar, sí, deben buscar, sí, deben llamar. Note el crecimiento en urgencia. El hombre de la parábola había preguntado, luego había suplicado, luego había golpeado la puerta sin cesar. Deben ser persistentes y no aceptar un no por respuesta. En contexto, esto no se aplica a la oración por cualquier cosa que queramos. Se refiere a la oración por el Espíritu Santo (y en Mateo por las cosas buenas de Dios, las cosas que resultan en bendición espiritual). Es la urgencia de un hombre que quiere lo mejor de Dios.

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