"Entonces todas esas vírgenes se levantaron y arreglaron sus antorchas".

Y como resultado todos se levantaron y 'recortaron sus antorchas'. Hicieron todo lo necesario para que brillaran. Fue entonces cuando la preparación era vital. Si no estuvieran debidamente preparados, sus antorchas no brillarían, porque algo faltaría. Y fue entonces cuando los necios reconocieron que no tenían más provisiones de aceite. Debemos reconocer aquí que le habían fallado al Novio.

Debían ser una parte esencial de la procesión y luego del baile. Pero debido a su necedad, no sirvieron para la tarea. Faltaba el elemento vital, antorchas bien encendidas. No pudieron desempeñar su papel en la celebración, y todo por su propia locura.

Estrictamente, la imagen es de aquellos que esperarían estar listos para encontrarse con el Novio. Si lo tomamos de esa manera, representa a aquellos que tenían algún conocimiento del Novio y querían darle la bienvenida, y sin embargo no habían hecho los preparativos necesarios. Exteriormente profesaban ser sus amigos. Pero en el fondo no lo eran. Pero no podemos simplemente atarlo a aquellos que profesan ser cristianos. Porque en la naturaleza del Novio TODOS deberían estar listos para encontrarse con Él. Así, al final, la locura recae en todos los que no están preparados para su venida. Como en todas las parábolas, cada uno puede aplicarlo a su propio caso.

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