Advertencias en vista de una visita. Este capítulo final comienza con una vívida comprensión de lo que probablemente será la situación cuando llegue por tercera vez. Con mayor énfasis y mayor detalle, reitera su solemne advertencia, y con mordaz ironía se vuelve contra sus adversarios una de las sarcásticas demandas que le hacen. Piden pruebas de que Cristo habla en él.

Lo tendrán ( cf. Isaías 28:9 y sigs.). Cristo se mostrará no débil entre ellos, como ellos han contado a su apóstol, sino poderoso para juzgar. Su experiencia, muriendo por reinar, se repetirá en Pablo, que ya ha puesto esta interpretación sobre su propia debilidad, que en ella llena lo que falta de los sufrimientos de Cristo.

Que se examinen a sí mismos si son verdaderamente cristianos; que recuperen la experiencia cristiana primordial y averigüen si Cristo está realmente en ellos. La palabra traducida réprobos significa aquellos que no han pasado la prueba; y 2 Corintios 13:6 implica que los corintios pueden encontrar que no han fallado, al descubrir que Pablo ha superado y resistido todo tipo de prueba.

Sin embargo, ora para que no se les recuerde ese hecho de una manera inoportuna a través de una falta de lealtad a Cristo o a Pablo; para que, por el contrario, demuestren una noble lealtad. Si es así, está dispuesto a dejar la prueba de su propia autoridad; y así, de su propia dignidad, quedará en suspenso. Él sabe que tiene el derecho y el poder de ejercer la disciplina más extrema, pero sacrificará todo, incluso el conocimiento de que es así, si tan solo puede persuadir a los corintios de que no le den ocasión de aplicarla.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad