Génesis 32

I. Dios selecciona a los hombres para su obra en la tierra, no por su agrado personal, sino por su adaptación al trabajo que tienen que realizar.

II. Hay algo que afecta la forma en que los culpables invocan al Dios de sus padres. Conscientes de que no merecen nada de las manos de Dios, buscan traer sobre sí mismos la bendición del Dios de su padre y su madre.

III. Cuando un hombre es sorprendido en su transgresión, y toda su maldad parece caer sobre él, ¡cuán cierto es que entonces se levanta ante él el sufrimiento simultáneo de toda su casa! Se apodera de él a través de su esposa, sus hijos y todo lo que ama.

IV. Los pecados de los hombres llevan consigo un castigo en esta vida. Los diferentes pecados se castigan de manera diferente.

V. Nada más que un cambio de corazón hará que un hombre esté bien consigo mismo, bien con la sociedad y bien con Dios.

VI. Ningún hombre sincero debe desesperarse jamás por haber cometido un error en el pasado.

HW Beecher, Sermones, segunda serie, pág. 106.

Referencias: Génesis 32:24 . Revista del clérigo, vol. x., pág. 88; Congregacionalista, vol. xi., pág. 6; WM Taylor, Limitación de la vida, pág. 30; Obispo Ewing, Revelación considerada como luz, pág. 1; AP Stanley, Buenas palabras (1874), pág. 63; WJ Keay, Christian World Pulpit, vol. xv.

, pag. 277; F. Langbridge, Sunday Magazine (1885), pág. 675; Parker, Notas del púlpito, pág. 15; Homiletic Quarterly, vol. ii., pág. 118 y vol. iii., págs. 531, 541, 558. Génesis 32:24 . Expositor, primera serie, vol. x., pág. 241. Génesis 32:24 . RS Candlish, Libro del Génesis, vol. ii., pág. 74.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad