Isaías 50:4

El cansancio llega al hombre a través de varios canales y de muchas fuentes. Tenemos muchas puertas en nuestra naturaleza, y en cada una de ellas puede entrar el cansancio.

I. Debe comenzar por la puerta más baja de todo lo físico, el cansancio que nos viene del trabajo corporal, o del trabajo que, corporal o no, se apodera del cuerpo gastando por el tiempo sus energías. ¿Cuál es la palabra a tiempo para casos como estos? Seguramente la palabra de temporada para muchos es: Libera tu tensión, modera tu velocidad, economiza tu salud. ¿De qué te servirá ganar el mundo entero y perder tu vida?

II. Algunos hombres están cansados ​​de placer; Les diría una palabra a tiempo. No hay decreto de Dios más severo o más inflexible que el que ha determinado que la miseria sea la compañera constante del hombre que busca el placer. No hay criatura ni en el cielo ni en la tierra que jamás encontrará el fruto real de la felicidad creciendo en ningún árbol que no sea el de la obediencia leal a la autoridad de Dios.

III. Algunos hombres están cansados ​​de hacer el bien que parece llegar a un final tan pobre. La palabra a tiempo para tales hombres es esta: Piensa que Dios todavía se aferra a Su propósito Divino, y que si se cansara de hacer el bien, hundiría al mundo en la desolación en un momento. Y tenga la certeza de que nunca se pierde nada bueno.

IV. Hay quienes están cansados ​​de la contienda con el pecado, ¿cuál es la palabra oportuna para ellos? Esto, que Cristo ya ha vencido a tu enemigo más poderoso, y te hará más que vencedor.

V. Hay una palabra más a tiempo para los que están cansados ​​del pecado, pero aún no se cansan de él. "Ven ahora, y razonemos juntos: aunque tus pecados sean como escarlata, serán blancos como la nieve; aunque sean rojos como el carmesí, serán como lana".

E. Mellor, Tras las huellas de los héroes; pag. 92.

Referencias: Isaías 50:4 . E. Johnson, Christian World Pulpit, vol. xv., pág. 264; W. Baxendale, Ibíd., Vol. xxix., pág. 347; Preacher's Monthly, vol. vii., 79. 1. 5, 6. TB Dover, A Lent Manual, pág. 124. Isaías 50:6 . Spurgeon, Sermons, vol. xxv., núm. 1486; J. Keble, Sermones de Semana Santa, p. 325.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad